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jueves, 24 de febrero de 2011

Las Grandes Preguntas Filosóficas

LAS GRANDES PREGUNTAS FILOSÓFICAS

A.- Sobre la pregunta por el sentido de la existencia:

Desde el punto de vista filosófico, la pregunta por el sentido de la existencia puede interpretarse de tres modos:

1.      Como finalidad ... ¿Qué finalidad tiene la existencia? ... ¿Hay un fin-último para el mundo y/o para todas y cada una de las cosas y acontecimientos?
2.      Como significación ... ¿Qué significado tiene la existencia? ... ¿Hay un significado preciso para las cosas y acontecimientos del mundo, al igual que lo hay para las palabras y frases de un libro?
3.      Como valor ... ¿Qué valor tiene la existencia? ... ¿Hay algo por lo que valga la pena existir?


Las respuestas que se han dado a la pregunta por el sentido de la existencia son de tres tipos:

1.      No hay sentido ... es la respuesta de aquellos que afirman que la existencia no tiene finalidad, significado o valor alguno; que el mundo es absurdo ... (p.ej: Jean-Paul Sartre, Jacques Monod, Albert Camus, Cioran)
2.      Hay un sentido inmanente ... es la respuesta de aquellos que afirman que la existencia tiene una finalidad, significado o valor “en sí”; que el mundo posee un sentido intrínseco ... (p.e. Ernst Bloch, Enrique Tierno Galván)
3.      Hay un sentido trascendente ... es la respuesta de aquellos que afirman que la existencia tiene una finalidad, significado o valor  “tras sí”; que el mundo posee un sentido extrínseco ... (p.e. judaísmo, cristianismo, islamismo)

La pregunta por el sentido de la existencia, como todas las grandes preguntas de la metafísica, es una pregunta sin respuesta concluyente y definitiva, pero cuyo planteamiento no podemos eludir ... Este tipo de preguntas, que acompañan al ser humano generación tras generación, remiten al ámbito de lo misterioso e inefable: a aquello que sólo podemos intuir vagamente, pero no expresar


B.- Sobre la pregunta por la muerte:

En sentido amplio `morir es algo que le ocurre a todos los seres de la naturaleza: les ocurre incluso a los seres inanimados, por eso podemos decir, por ejemplo, que un río `muere´ en el mar ...

El hecho de morir se puede concebir desde tres puntos de vista:

1.      Desde el punto de vista de los seres contingentes ... morir significa dejar de ser lo que se es ... Todos los seres de este mundo físico son seres contingentes y, por tanto, en un determinado momento dejarán de ser lo que son (`morirán´) ...
2.      Desde el punto de vista de los seres biológicos ... morir significa dejar de vivir ... Todos los seres vivos de este mundo físico, en un determinado momento, interrumpirán irreversiblemente sus funciones vitales (morirán) ...
3.      Desde el punto de vista de los seres humanos ... morir puede significar muchas cosas, dependiendo de la concepción que se tenga de la realidad y del propio ser humano ... Así,
a.       para los materialistas (HOBBE, MARX,...), que creen que la Realidad es toda ella de naturaleza material y que, por tanto, no hay nada inmaterial en el ser humano que sobreviva a la descomposición del cuerpo, morir significa el fin absoluto de la existencia ...
b.      para los panteístas (SPINOZA, HEGEL, ...), que creen que la Realidad es Una y que, por tanto, Dios y el Mundo (incluido el ser humano) son la misma cosa, morir significa la disolución de la individualidad en la universalidad del Cosmos ...
c.       para los dualistas (PLATÓN, y las religiones en general.), que creen que hay dos tipos de realidad: una de naturaleza material y otra espiritual; y que, por tanto, el ser humano también está constituido por esos dos tipos de realidad: la material que es el cuerpo y la espiritual que es el alma, morir significa la separación de esos dos componentes, o sea, del cuerpo y del alma.  La muerte, en este caso, se suele entender como un tránsito, es decir, como el paso de una forma de vida compuesta (por el alma y el cuerpo) a otra simple (sólo el alma).

La muerte tal como la conciben los dualistas implica, para el ser humano, una apertura a la trascendencia: a una existencia en otra dimensión distinta a esta material y sensible ... Hay una gran variedad de concepciones acerca de lo que le ocurre al alma tras su separación del cuerpo: desde la posibilidad de alcanzar el paraíso prometido o la salvación de la que hablan las grandes religiones monoteístas, hasta la creencia en la necesidad de que el alma se purifique encarnándose sucesivamente en varios cuerpos, humanos o animales, como afirman Platón, el budismo y el hinduismo.

Preguntas filosóficas: El significado de la vida


Cuando hablamos del significado, tenemos que tener en cuenta que no es una propiedad intrínseca de ningún objeto, sino que somos los seres humanos los que le damos significado a las cosas. El filósofo moderno Thomas Nagel escribió que el ser humano es capaz de mirar la vida desde dentro y también desde fuera y precisamente el hecho de que podamos adoptar un punto de vista objetivo es lo que hace que la vida pueda parecer absurda. Explica Nagel que, desde un punto de vista subjetivo, están presentes las condiciones que hacen que la vida tenga sentido (la felicidad y la desgracia, el logro y el fracaso, el amor y la soledad). Es decir, no se puede encontrar un significado objetivo a aquello que es una experiencia subjetiva.

A veces, esta pregunta acerca del significado de la vida, nos lleva directamente a otra: ¿hacia dónde nos dirigimos en nuestra vida, cuál es nuestro propósito o meta en la vida? Al hacer esta pregunta dejamos de ver nuestra vida como una sucesión de hechos aislados para verla desde una perspectiva más amplia e integradora. No nos centramos sólo en el momento actual, el hoy y el ahora, y el dolor que podemos estar sintiendo en este momento, sino que tenemos presente también nuestro pasado y nuestro futuro, observando el momento actual como un eslabón de una larga cadena o camino que nos está llevando a alguna parte y cuyo significado es más visible al observar la vida en su conjunto, como cuando miramos al pasado recordando la experiencia de una dura crisis y vemos que aquellos meses o años tan difíciles tuvieron sentido, nos llevaron a alguna parte, nos empujaron a hacer cambios fundamentales, nos enseñaron algo que debíamos aprender o nos hicieron más fuertes, más sabios, más prudentes.

Pero, ¿por qué nos hacemos estas preguntas? A veces la causa es una especie de angustia existencial, una insatisfacción, un estado de depresión y tristeza, de falta de significado. En definitiva, el dolor es con frecuencia el que lleva a una persona a plantearse una pregunta como esta porque, de algún modo, intuye que, si encuentra la respuesta, encontrará también un poco de alivio y paz. Por este motivo, las preguntas filosóficas, incluso el simple hecho de buscar una respuesta, aún sin encontrarla, tienen un efecto terapéutico y saludable porque nos sacan de la superficie (y la superficialidad) de esta sociedad para adentrarnos un poco más en nosotros mismos y nuestra sabiduría interior.

A veces, la pregunta es: "¿Por qué tengo que soportar estas desgracias que estoy viviendo? ¿Qué sentido tiene? ¿Cuál es su significado, si es que lo tiene?" De nuevo, podemos caer en el error de pretender buscar un significado objetivo, como si ese suceso en sí tuviese un significado intrínseco, porque entonces jamás lo encontraremos y la respuesta será siempre: "No tiene sentido ni significado alguno".

Al contrario, ese significado que tanto anhelamos hemos de dárselo nosotros, porque somos constantes constructores de nosotros mismos, creamos significado, damos sentido a los sucesos, y en ese acto creativo y voluntario de dotar de significado a los acontecimientos de nuestras vidas es como vamos creciendo, nos vamos construyendo, y vamos aprovechando todos y cada uno de los acontecimientos vividos para que nos sirvan como ladrillos en nuestra obra: la construcción de nosotros mismos.
Si decides utilizar todos y cada uno los materiales que encuentras en tu camino para construir una casa, entonces no podrás decir que esos materiales no han servido para nada o no tienen sentido. Si en vez de usarlos, los desechas argumentando que son inservibles, feos o sucios, entonces serán material de desecho.

Debido a una enfermedad crónica y debilitante, Lucía tuvo que renunciar al trabajo que hasta entonces había dado sentido a su vida. Se encontraba en un estado altamente depresivo y suicida, pues su vida le parecía absurda y sin sentido. Por eso, a veces la pregunta que una persona se hace es "¿Por qué molestarme en vivir esta vida sin sentido que tanto dolor me produce?" Pero esta pregunta no busca una respuesta al significado de la vida, sino una respuesta a la pregunta de cómo reducir el dolor. El problema es que sólo obtenemos la respuesta adecuada cuando hacemos la pregunta correcta. Si sólo te centras en el momento presente, en tu dolor aquí y ahora y te preguntas desesperadamente cómo hacerlo desaparecer, es posible que no encuentres ninguna respuesta. En cambio, si, como decíamos más arriba, dejas de centrarte en este momento concreto y observas tu vida como un todo (incluyendo el pasado y lo que está por llegar) entonces tal vez te preguntas: "¿Cómo puedo dotar de sentido a esto que me está pasando? ¿Qué sentido quiero darle a mi vida en general y cómo se relaciona esto que me está pasando con ese sentido? ¿Cómo puedo utilizar esta etapa dolorosa para crecer en aquello que da sentido a mi vida?”

Muchas personas suelen responder que lo que da sentido a sus vidas es, sobre todo, el amor. Al perder el amor, pueden preguntarse, "¿Para qué vivir así, si nada tiene sentido sin amor?" Esta sería la pregunta incorrecta, que no trae más respuesta que la destrucción y la muerte. En cambio, la pregunta adecuada sería: "Si el amor es algo que da sentido a mi vida, ¿cómo puedo dotar de significado a esta pérdida de amor, cómo puede esta pérdida ayudarme a crecer en lo que al amor respecta? ¿Qué necesito aprender acerca del amor?" Después de todo, si el amor es tan importante para esta persona, ¿no es razonable pensar que quiera aprender más de él, que quiera vivirlo de un modo sano, sincero, auténtico, libre, sin miedos? ¿Y acaso puede aprender a hacer todo esto sin conocer todos los aspectos del amor, incluido el dolor de la pérdida, hasta haber aprendido de cada aspecto todo aquello que necesite aprender?

Cuando algo es muy importante para nosotros, nos vemos empujados y deseamos aprender todo lo posible acerca de eso. Aprender significa conocer todos los aspectos de algo, significa superar pruebas, verlo desde diferentes perspectivas, sentirlo desde todas las emociones.

Por eso, la persona para quien más importante es el amor, será la que más variadas e intensas emociones viva por amor (incluyendo tanto el dolor como la felicidad) y todo ese conjunto de emociones, vivencias y experiencias son las que podrían enseñarle lo que de verdad es el amor y llevar a esa persona a crecer en esa dimensión de sí misma, de manera que cuanto más capaz sea de dotar de sentido a sus experiencias, mayor será su crecimiento y más implicada estará en la construcción de sí misma.




Preguntas filosóficas: La existencia de Dios.

Un nuevo debate entre ateísmo y religiosidad confirma que son irreconciliables


Dos pensadores, uno ateo y otro cristiano, se enfrentaron recientemente (2007) en un debate desarrollado en la universidad de Birmingham-Alabama para discutir la existencia de Dios. Los protagonistas fueron Richard Dawkins, autor de El Espejismo de Dios, y John Lennox, del Whitefield Institute de Oxford. Sin llegar a ningún acuerdo final, uno y otro defendieron sus posturas sobre Dios y su necesidad o, en el caso de Dawkins, sobre Dios como falsa ilusión. Seguido por cientos de personas y varios medios de comunicación, el debate reflejó dos líneas paralelas de pensamiento que no parecen destinadas a cruzarse nunca. Por Olga Castro-Perea.


A principios del mes de octubre, dos conocidos pensadores contemporáneos establecieron un amistoso debate en la Universidad de Alabama-Birmingham (Estados Unidos), para exponer sus argumentos acerca de la existencia o no de Dios.
Los protagonistas fueron Richard Dawkins, conocido defensor del ateísmo y autor de El gen egoísta o El Espejismo de Dios, y el capellán, filósofo y matemático John Lennox, del Whitefield Institute de Oxford. El encuentro estuvo patrocinado por la Fundación cristiana Fixed Point.
Lennox comenzó su comentario señalando que nadie desea basar su vida en una falsa ilusión pero, se preguntaba, ¿cuál es la falsa ilusión en realidad, el cristianismo o el ateísmo?
La argumentación de Dawkins, por el contrario, comenzó en la línea del cientificismo ateo que ya ha reflejado en sus obras: la fe es ciega, pero la ciencia está basada en evidencias, que son utilizadas para conocer el universo y la realidad. La fe, según él, nos exige conformarnos con el desconocimiento, informa al respecto.
Falsa ilusión
Por otro lado, Dawkins defendió que la religión proporciona una respuesta demasiado sencilla a las cuestiones existenciales, puesto que atribuye la existencia del cosmos a un hacedor, un impulso del que la ciencia se ha emancipado.
Lennox, por su parte, argumentó que algunas creencias religiosas sí son ciegas, pero no todas: se refirió a la fe en ídolos o dioses falsos, una fe que la misma Biblia condena. Para Lennox, su fe en Dios y en Cristo como Hijo de Dios se deriva, sin embargo, del raciocinio y está basada en evidencias objetivas (procedentes de la ciencia y de la historia) y subjetivas, derivadas de su propia experiencia.
En cuanto al Creador o hacedor, Dawkins afirmaba que la ciencia no tiene una respuesta definitiva al origen del universo, aunque el darwinismo sí que explica cómo la vida se ha ido desarrollando. De cualquier forma, un Creador no puede ser una explicación satisfactoria, según él, porque ¿quién habría creado entonces a ese Creador? Siempre quedaría pendiente una pregunta anterior que ni la religión ni la ciencia podrían contestar.
Para Lennox la cuestión sin embargo está tan clara: a Dios no se le ha creado porque Él es eterno. Según él, ni judíos ni musulmanes ni cristianos podrían creer en un Dios creado porque un dios así sería, por definición, una decepción.
Terreno social
En el terreno social, los pensadores hablaron acerca de la influencia del ateísmo en la sociedad y, especialmente, en la educación. Los ateos suelen creer que enseñar cualquier tipo de fe a los niños podría entrañar el peligro del extremismo o del desarrollo de actitudes fanáticas en la edad adulta.
Según Dawkins, enseñar a los niños que la fe es una virtud significaría enseñarles que no tienen por qué justificar lo que hacen en nombre de ella y que, de hecho, la fe ha servido siempre para justificar actos terribles.
A esto Lennox añadiría que estaba de acuerdo en lo que se refiere al peligro de no enseñar a los jóvenes a cuestionar sus propios actos, pero que también es cierto que ateos como Stalin o Mao Zedong han hecho barbaridades.
En defensa del ateísmo, Dawkins argumentó que dichas barbaridades, aunque estuvieran perpetradas por ateos, no se hicieron en el nombre del ateísmo y que, por el contrario, en nombre de la religión sí se han cometido atrocidades.
Según él, la promesa del cielo o del paraíso, de una vida mejor después de la muerte, puede incitar a cualquier cosa. Lennox señaló que, de cualquier manera, el ateísmo también es un tipo de fe, lo que Dawkins negó.
¿Sólo existe lo demostrable?
Por otro lado, en cuanto a la moral, según Dawkins, las personas son capaces de discernir entre lo que está bien o lo que está mal sin necesidad de acudir a la Biblia. Para Lennox, la especie humana comparte un sentido común de la moralidad porque somos seres morales, a imagen de Dios.
El ponente cristiano, asimismo, rebatió la negación científica de la existencia de Dios en base a su imposibilidad de demostración, dirigiéndose directamente a Dawkins con una referencia personal: Dawkins creía que su esposa le amaba, a pesar de que ese hecho no estuviera probado científicamente ni se pudiera llegar a probar.
Por otra parte, Lennox señaló que la ciencia no ha conseguido explicar una cosa: el origen de la vida, cuestión a la que no ha dado respuesta la teoría darviniana. Para él, de hecho se debe creer en una inteligencia racional originaria en el universo antes de poder hacer algún tipo de ciencia.
Este debate fue seguido por el canal Fox News, la BBC, y la National Public Radio, y desarrollado ante un público de más de 1.000 personas. El debate reflejó dos líneas paralelas de pensamiento que no parecen destinadas a cruzarse nunca.

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